La gran mayoría de los empleados espera con ansias el día de pago y hasta el humor mejora cuando saben que en su cuenta bancaria se ve reflejado el resultado de su trabajo cotidiano sin embargo, hay algo que el dinero no puede comprar y eso es la motivación.

Y es que el rendimiento y la productividad de un profesional se incrementa cuando la empresa reconoce su esfuerzo y logra conectar con él en el plano personal y profesional ofreciéndole una serie de beneficios para mejorar su calidad de vida. A eso es a lo que se llama: Salario Emocional.

Una gran mayoría de las veces, se trata de compensaciones muy sencillas como permisos para trabajar desde casa determinados días al mes, salir temprano los viernes, flexibilizar el código de vestir algún día de la semana, ofrecer una barra de café o un comedor sin costo u organizar convivencias para pasarlos con la familia.

Cada vez con mayor frecuencia, las empresas intentan implementar este modelo de compensación porque les permite generar lealtad por parte sus empleados además de un mejor clima laboral, menos problemas de salud entre los trabajadores, mucho mayor eficiencia en las tareas y un porcentaje de rotación menor. En general, la práctica de estos pequeños detalles resultados positivos en cuanto a la relación de inversión y beneficios.

El reconocimiento al esfuerzo

Recordemos que la remuneración económica no es el único interés de un empleado. Un verdadero profesional busca no sólo un equilibrio entre su vida personal y su empleo sino el reconocimiento de sus aportaciones. Para un trabajador siempre es deseable que su organización recompense el esfuerzo y tenga en cuenta sus necesidades personales; ello es lo que crea un vínculo de confianza y cooperación.

Beneficios

Los beneficios que pueda obtener un profesional deben ir en medida de las posibilidades de la empresa pero también deben estar planteados de acuerdo a las necesidades de ambos: desempeño, expectativas, objetivos, metas, resultados.

La nómina no debe traducirse en simples números sino en medidas que permitan el crecimiento de un empleado: capacitación, oportunidades de desarrollo, empatía, comunicación, comprensión y que conviertan a las empresas en excelentes lugares para trabajar.

Algunos de los ejemplos de las compensaciones:

- Vacaciones

- Seguros de vida

- Convenios con clubes deportivos, negocios comerciales o escuelas

- Capacitaciones profesionales o actividades extracurriculares

- Días de descanso

- Convivencias laborales y familiares

- Apoyo para útiles escolares, ropa o artículos de utilidad.

- Comedor, cafetería, áreas de esparcimiento.

- Reconocimiento y festejo por áreas específicas

En todo caso, el salario emocional debe ser un motor para el alcance de metas y una oportunidad para que un profesional alcance la plenitud. Un buen trabajo no es aquel que paga más, sino el que permite desarrollarse humana e integralmente.

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