En lugar de enfocarte en todo lo negativo que te genera retomar la rutina, será mejor centrarte en remarcar los puntos positivos, por ejemplo: agradecer tener un empleo o gozar de buena salud. Para seguir trazando un buen día puedes escuchar la música que te guste, comer en tu restaurante favorito, así como darte cualquier pequeño placer que te haga feliz.
Si pasas el lunes reclamando porque el fin de semana llegó a su fin o porque te gustaría hacer otras actividades, sólo vas a lograr que tu estado de ánimo se ponga peor. Siguiendo la línea del punto anterior, en lugar de reclamar intenta agradecer todas las cosas buenas o positivas que conforman tu vida.
Los lunes tienden a estresarnos más de lo normal porque solemos tener que hacer frente a más cantidad de trabajo que se acumuló durante el fin de semana. Lo aconsejable es en lugar de enloquecerte, cumplir con cada una de estas tareas a tu ritmo, con calma e intentando hacerlas de la mejor manera posible, aunque esto implique hacerlas más lento.
Cuando estés por terminar la jornada de lunes dedica unos minutos a hacer un listado con los pendientes que lograste cumplir. Ver todas las cosas que lograste el primer día de la semana laboral, te motivará a mantener tu actitud positiva el próximo lunes e incluso percibirlo como una oportunidad en lugar de una tragedia.
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