Optimismo, la clave para conseguir trabajo. El estado de ánimo incide en la autoestima y es capaz de hacernos lucir más profesionales, confiables y dispuestos para el desempeño.

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Abatir los altos índices de desempleo es uno de los principales retos que enfrentan hoy en día las economías del mundo. Aunque muchos países, principalmente de la eurozona comienzan a mostrar signos de mejoría, otros más en las regiones de Asia y América Latina anuncian que han entrado en recesión lo que definitivamente no pinta un panorama fácil.

El mundo entero vive momentos de tensión que se relacionan con la situación del empleo. Por un lado, quienes tienen trabajo se desenvuelven en un ambiente de permanente competencia y experimentan la zozobra de perder su empleo en cualquier momento mientras que por otro, la desesperación y el desánimo invaden a quienes no han podido colocarse en un puesto.

Así es, más allá de una situación personal y un estatus profesional, el desempleo es un estado de ánimo que incide directamente en la autoestima y que poco a poco, se va adueñando de las emociones de una persona hasta tornarlas completamente negativas.

 

Al mal tiempo, buena cara

Bien reza el dicho popular que 'al mal tiempo, buena cara'; los expertos en ciencias laborales aseguran que mantener una actitud positiva en una situación de desempleo, es clave para encontrar trabajo.

Lo anterior, explican, es porque el optimismo ayuda a regular las emociones y mantener un buen estado físico, pero además, porque permite reflejar una imagen más confiable, asertiva y con mayor disposición para el aprendizaje o el trabajo que quienes se han dejado vencer por la depresión y demuestran no sólo inseguridad sobre sus capacidades, sino una actitud pesimista que puede contagiar a otros colaboradores cercanos. Lo que las empresas buscan son profesionales propositivos y seguros de sí mismos que ofrezcan soluciones.

 

La clave de la motivación constante

Uno de los secretos para mantener el buen ánimo es convertirlo en un hábito y eso sólo se logra, programándolo como una tarea diaria. Pero, para que esto funcione, la búsqueda de empleo también debe convertirse en una rutina que implique mantener nuestra mente interesada de manera constante y ocupar el tiempo de manera productiva.

 

#1. Rutina

Haz que la búsqueda de empleo se convierta en tu empleo y trabaja tal y como lo harías en una oficina. Crea horarios para dormir y levantarse, para realizar llamadas a distintas vacantes, enviar tu currículum a diferentes empresas, actualizar tus redes profesionales, preparar las entrevistas de trabajo, etcétera. Tómalo con seriedad y constancia haciendo de ésta, tu actividad principal del día.

 

#2. Hora de socializar

Según estadísticas, entre el 60 y el 80 por ciento de las ofertas de trabajo no se publican en ningún lado sino que se transmiten de boca en boca y se consiguen por recomendación de conocidos y contactos. Además de lo motivante que siempre resulta la interrelación con otras personas, este es un buen pretexto para reactivar tu vida social y actualizar tu libreta de contactos. No caigas en el error de ocultar tu situación por pena, al contrario, externa tu condición y aumenta con ello la posibilidad de encontrar una nueva oportunidad.

 

#3. Nuevas experiencias, nuevas posibilidades

Mientras realizas la búsqueda de ofertas, observa con detalle las tendencias de tu sector o profesión en cuanto a habilidades o requerimientos profesionales y prepárate para incorporarlas a tu trayectoria. Si ya las tienes solo debes destacarlas en tu currículum y si no, puedes aprovechar el tiempo que tienes libre para tomar cursos (en línea o presenciales) y desarrollar nuevos talentos. Aprovecha cada oportunidad a tu alcance para capacitarte y actualizarte en diversas ramas, no importa que no sea tu área de expertise, de cualquier forma, la formación siempre es un valor agregado para tu profesionalismo y además, te permite mantenerte productivamente ocupado al tiempo que creas nuevas relaciones.

 

#4. Vigila tus finanzas

Se precavido con tus gastos y reduce lo más posible los egresos innecesarios. Traza un plan que te permita ser consciente de tus necesidades básicas y extender lo más posible tus finanzas. Cuanto antes, notifica tu situación a bancos e instituciones crediticias para que congelen tus adeudos mientras estás en esta situación o al menos y evita incrementar tu deuda. Si tienes posibilidad, recurre a tu seguro de desempleo o a las prestaciones que tengas por ley y ojo, es muy importante que dentro de tus gastos, consideres una partida para los gastos de la búsqueda de empleo (papelería, traslados, trámites, entrevistas, internet o teléfono).

 

#5. Convéncete

Las situaciones más difíciles de la vida sirven para fortalecernos y son una oportunidad para mejorar o crecer en aspectos que no hemos desarrollado lo suficiente. Es importante reconocer bien cuales son nuestras debilidades y trabajar en ellas para minimizar sus efectos negativos pero sobre todo, es muy importante reconocer nuestros talentos y echarlos a andar a nuestro favor.

 

Ocupado o desocupado, desarrolla el hábito de plantearte pequeños retos constantemente y al final del día, haz un recuento de todo lo que puedes lograr y visualízate en una mejor posición. Convéncete de que mereces un trabajo que recompense todos tus talentos y tu esfuerzo.

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