Madres trabajadoras, 5 tips para esquivar el caos y lograr lo imposible El 96% de las madres dividen su tiempo entre el hogar y el trabajo pero con organización y disciplina puede alcanzarse un equilibrio y una autorrealización más plena.

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Sin duda que la profesión más difícil y demandante de este mundo es la de ser madre, sobre todo, si aunado a esta ya de por sí difícil tarea, le sumamos la complejidad de tener que conciliar la maternidad con un empleo.

Hoy en día, el 96.1% de las madres que trabajan dividen su tiempo entre los quehaceres del hogar y las tareas de su trabajo para contribuir al desarrollo social, económico, cultural y humano del país. Las mujeres tienen el 52% de la participación global en el mercado laboral y tres de cada cuatro hogares están encabezados por una jefa de familia.

Pero para que una mujer logre un equilibrio entre la vida profesional y la vida personal, tiene que hacer gala de todas sus habilidades como gestora, organizadora, administradora, contadora, líder, entre otras. Las madres trabajadoras son las grandes expertas del multi-task.

No existe una fórmula mágica para que ellas puedan conciliar ambas actividades y muchas veces, el costo emocional que pagan por no dedicarse exclusivamente al cuidado de sus hijos es elevado pero, ante la necesidad de llevar el sustento y brindarles a sus pequeños mejores oportunidades de desarrollo, nada es imposible para una madre.

En Jobomas no sólo reconocemos a esas grandes mujeres que nos impulsan día a día sino que además, les compartimos algunos consejos para lograr la armonía entre ser madre y tener un empleo:

 

#1. Compartir, delegar y ceder el control

No sientas que todas las responsabilidades son exclusivamente tuyas, en algunos momentos hay que saber compartirlas y delegar tareas entre los distintos miembros de la familia e incluso, recurrir a ayuda de personas externas si es necesario. Acaparar la totalidad de las tareas no sólo implica un desgaste sino un menor rendimiento en el resto de las labores que tenemos que desempeñar así que no tengas miedo ni te sientas culpable si en algún momento tienes que ceder el control, al contrario, reparte las actividades entre el resto de la familia; una buena jefa de casa también sabe inculcar y promover el trabajo en equipo.

 

#2. Definir prioridades

Establecer qué es lo más importante para cada momento te facilita tomar decisiones de cómo y en dónde es que debes poner tu atención inmediata. Debes tener claro que no puedes ocuparte de todo al mismo tiempo así que concéntrate en lo prioritario y deja que el resto de las cosas fluyan con calma. Priorizar no necesariamente implica que tengas que hacer sacrificios, sino al contrario que puedas organizarte mejor.

 

#3. Disciplina para todos

Aunque suene duro de decir, muchas veces es necesario aplicar una disciplina casi militar en la rutina de los miembros de la familia: horarios estrictos para comer, dormir, bañarse, ir al colegio y hacer actividades extraescolares. El hecho de que los miembros de la familia logren sincronizarse y cumplir al pie de la letra con las horas asignadas a cada cosa te dará la tranquilidad de que todo está bajo control y te dejará disfrutar plenamente de los momentos dedicados a la convivencia familiar.

 

#4. Más practicidad, menos complicaciones.

No gastes el tiempo que no tienes en detalles o actividades improductivas. Los tiempos modernos ya no están para las grandes y abundantes comidas de preparado lento ni para que el piso de la casa luzca reluciente todos los días. Busca maneras prácticas de facilitarte la vida con comidas sencillas y frescas y además, reparte la preparación entre tu familia lo mismo que las tareas domésticas. No te preocupes si hoy se nota polvo sobre la repisa, recuerda las prioridades de tu agenda y respeta el tiempo de cada una.

 

#5. Educar para la autonomía

Instruir a tus hijos para ser independientes no sólo te facilita a ti la vida sino que desde una edad temprana los niños comienzan a hacerse responsables de sí mismos y se educan para ser líderes y resolver sus propias necesidades. Desde pequeños hay que exigirles todo aquello que sean capaces de dar en su propia medida e inculcarles valores como el esfuerzo, la constancia y la autogestión.

 

Se madre trabajadora es difícil e implica capacidades extraordinarias pero no tiene por qué convertirse en una tarea imposible ni en una experiencia caótica, muy al contrario, puede ser el eje para una autorrealización más plena y el impulso para lograr una carrera profesional más gratificante.

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