No importa cuán inteligente sea, cuántas habilidades domine o que posea un enorme talento, en el mundo laboral hay profesionales que se convierten en sus propios enemigos y de una u otra manera, logran sabotear su carrera.

El llamado 'autosabotaje' es, en la mayoría de las ocasiones, un comportamiento que activamos de manera inconsciente por temor al fracaso o a enfrentar una situación que nos genera incertidumbre. Sin embargo, el verdadero problema es que adoptar una actitud de este tipo es generalmente un sinónimo de que estamos frenando nuestro crecimiento profesional y nos hemos estacionado en una zona de confort.

Olvidar una cita, dejar las tareas a medias o ser excesivamente meticuloso en un proyecto pueden ser síntomas de un autosabotaje profesional, por ello, en Jobomas te compartimos una lista de focos rojos que podrían indicarte que estás convirtiéndote en el peor enemigo de tu desarrollo. Toma nota:

#1. Todo a medias

Sin duda, la forma más común de autosabotaje es no terminar una tarea, o no terminar ninguna sin importar el tiempo o los recursos que se inviertan en ello. La razón es que al no concluir un proyecto tampoco deben enfrentarse los resultados y por lo tanto, es una manera 'fácil' de esquivar el fracaso y por lo tanto, evitar errores que no estamos dispuestos a asumir. En el pecado se lleva la penitencia, quizá no haya fallas que corregir pero tampoco habrá aciertos y un profesional inseguro que no es productivo, jamás será indispensable para una empresa.

#2. El que mucho abarca…

Algunos profesionales son incapaces de trabajar en equipo y confiar en sus colegas. Las palabras 'repartir', 'compartir' y 'delegar' no están en su diccionario. El problema es que acaparar todo el trabajo casi nunca tiene buenos resultados porque, por muy competente que puedas ser, la diversidad siempre enriquece el trabajo, facilita las tareas y mejora los resultados. Antes de convertirte en un todólogo, abre tu mente y permite que otros contribuyan al trabajo, aprende a confiar y en lugar de ocuparte de todo, conviértete en un líder que oriente y guíe las tareas pero que además, esté respaldado por un equipo de profesionales.

#3. El veneno de la arrogancia

Admitir un error puede resultar difícil en la mayoría de las ocasiones sin embargo, el hecho de hacerlo también te permite aprender de él y fortalece tu imagen ante el resto del equipo. Un profesional debe saber que como humano, no se puede ser infalible ni se puede tener la razón todo el tiempo; bien decía Julio Verne que "la ciencia se compone de errores y cada uno es un camino hacia la verdad", así que lo mejor es aprender de las experiencias adversas y fortalecerse para seguir el camino.

#4. Escuchar sólo lo que quieres oír

Hay profesionales que simplemente no soportan opiniones distintas a la suya y entonces optan por rodearse de aduladores que se deshagan en elogios o bien, de otros profesionales que compartan su postura. El problema es que al hacer esto, te encasillas en una sola perspectiva y dejas de ver el escenario completo. Ser intolerante o poco flexible a otros puntos de vista lo único que puede ocasionar es que limites tus oportunidades de crecimiento y pierdas de vista el panorama integral de la situación.

#5. Sobran los pretextos

Siempre hay excusas suficientes para evadir nuestras responsabilidades, la edad, el tiempo, los colegas, el clima, son solo un ejemplo de una larga lista de pretextos a los que siempre recurrimos. Y con este interminable recital de falsos argumentos, huimos de las oportunidades de mejorar, de aprender y de escalar en nuestra trayectoria profesional. Los pretextos no son sino un asidero para la mediocridad, en cambio, los profesionales de alto desempeño encuentran siempre la manera de materializar sus objetivos.

Posiblemente has pasado suficiente tiempo realizando las mismas tareas y el hecho de dominarlas te cree una sensación de seguridad, sin embargo, hacer las mismas cosas, de la misma manera obtendrás los mismos resultados. Atrévete a dar un salto en tu carrera, plantéate retos a ti mismo y construye tu propio camino a la realización total.

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