Adiós caos, bienvenida eficacia. 5 claves para dejar de hacer todo al último. El 90% de las urgencias son casos de procastinación o circunstancias que pudieron ser previstas; autogestión y constancia son algunas de las claves para combatir la Cultura del Caos.

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A la mayoría de los profesionales nos ha pasado que entregamos un proyecto en el último minuto disponible o que estamos terminando una tarea en el plazo límite aun cuando tuvimos semanas enteras para realizarla con tranquilidad. Es la llamada Cultura del Caos o Cultura de la Urgencia.

Desafortunadamente, éste es un típico mal hábito que impera en oficinas de todo el mundo a todos los niveles y que en muchos de los casos, se combina con otro hábito negativo que es el no prever, es decir, raccionar hasta que se tiene un problema.

Alrededor de un 90% de las urgencias podrían atenderse con oportunidad y con buenos resultados si en lugar de ser reactivos, nos planteáramos estrategias efectivas de trabajo, es decir, si aprendiéramos a autogestionar nuestro tiempo, si trabajáramos en equipo y si supiéramos delegar las tareas de forma eficaz.

Aunque es fácil distinguir ciertas características entre empleados cuya cultura del caos está profundamente arraigada, los casos más comunes son:

 

- Definen prioridades de manera individual; es decir, cada empleado establece la importancia de una tarea y no sigue un plan corporativo de trabajo .

- No utilizan los canales de comunicación de manera efectiva; no hay interacción con la dirección o es mínima lo mismo que con otros colegas y por lo tanto, el trabajo en equipo no es un hábito.

- No participan en las decisiones y si es el caso, no saben delegar responsabilidades.

- Utilizan los horarios únicamente como un referente pero no le asignan un significado real en relación con la productividad.

- Creen que las evaluaciones de desempeño son resultados temporales pero no practican la constancia o la autogestión ni cumplen se plantean metas de crecimiento.

Uno de los graves riesgos de trabajar bajo la cultura del caos es que limitan nuestro desarrollo profesional y nos sumergen en un círculo vicioso en el que nunca es posible actuar con oportunidad y lógicamente vamos viviendo el día a día sin lograr construir un futuro laboral sólido.

En Jobomas te compartimos algunas recomendaciones para abandonar el pésimo hábito de la urgencia y cambiarlo por una vida laboral efectiva.

 

#1. Autogestión

Dejar todo para el último es una forma de autosabotaje, es decir, una forma inconsciente de frenar nuestro crecimiento. La clave para superarlo es la Autogestión, lo que significa que tomes en tus manos el rumbo de tu futuro y definas tus prioridades. Con la autogestión es posible realizar tantas actividades como decidas, simplemente debes decidirlo. Aquí te damos algunos consejos para replantear tu tiempo en el trabajo.

 

#2. Plantear metas

Para construir una carrera laboral sólida es fundamental tener objetivos claros de hacia dónde vas y hasta dónde quieres llegar. Teniendo definidas tus metas te será más fácil avanzar o replantear estrategias en caso de ser necesario. Analiza tus expectativas, examina qué tan factibles son y enfoca tus esfuerzos en conseguirlas. Plantearte desafíos es la mejor manera de mantenerte motivados y superarte constantemente.

 

#3. Ser constante

La mayoría de los empleados busca resultados inmediatos y se desmotivan cuando éstos no llegan rápido. Hay que saber ejercitar la paciencia y dosificar nuestros energía para conquistar metas de mayor trascendencia. Te recomendamos que eches un vistazo a las 6 razones para hacer de la constancia un hábito laboral.

 

#4. Delegar tareas

Acaparar las decisiones y las actividades del trabajo además de reducir la productividad es una conducta antiprofesional. Una de las reglas del trabajo efectivo es delegar tareas y aprender a compartir responsabilidades. Trabajar en equipo promueve la creatividad y permite tomar mejores decisiones pero si esto no te parece suficiente te invitamos a consultar otras 8 razones para olvidar el egocentrismo y aprender a laborar en un ambiente de cooperación. Un punto que vale la pena destacar es que también debes aprender a decir que 'no' cuando alguna tarea no es de tu competencia y puede entorpecer tu desempeño.

 

#5. Adiós a los distractores

Seamos realistas, nunca faltan oportunidades para desviarnos de nuestras actividades laborales y perder el tiempo en el trabajo. Ser un profesional de alto rendimiento significa decir adiós a todos los distractores y aprovechar al máximo nuestra jornada. 

 

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