4 razones para abandonar tu escritorio a la hora de comer Aunque muchos profesionales creen que alimentarse en su área de trabajo los hace más productivos en realidad es un mal hábito que puede generar fatiga crónica.

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Entre la mayoría de los profesionales inmersos en el mundo laboral existe un terrible hábito que falsamente, se cree que ayuda a la productividad: comer en el escritorio.

Aunque muchos de nosotros preferimos no tomar la hora de nuestros alimentos y optamos por alimentos de fácil consumo para poder seguir trabajando, en realidad lo que estamos haciendo es interferir con nuestro proceso productivo y además, dañando el equilibrio que requerimos para una vida saludable.

¿Alguna vez se te ha ocurrido que comer en tu área de trabajo puede ser más perjudicial que benéfico? ¿Sabes por qué? En Jobomas te compartimos algunas de las razones por las que deberías aprovechar al máximo el tiempo, el espacio y la compañía de tu hora de comer. Toma nota:

 

#1. Alimenta tu mente

La hora del descanso es necesaria no sólo para reponernos del desgaste físico sino también del desgaste mental. El cerebro necesita momentos para romper las rutinas y relajarse pues de lo contrario, agota su efectividad de pensamiento y reflexión, es decir, pierde su capacidad de concentración. Lo más probable es que si te quedas a comer en el escritorio puedas continuar tus actividades unas horas más pero entonces, no llegarás al final del día en los niveles óptimos de tu desempeño.

 

#2. Saborea creatividad

Como mencionábamos en el punto anterior, tan sólo rompiendo la rutina con un cambio de espacio físico tu cerebro recibe un golpe de oxígeno que le ayuda a generar ideas frescas. Salir a comer estimula la creatividad sobre todo, si se hace en espacios que contribuyan a la relajación como las áreas verdes o sitios con motivos artísticos. Prueba comer en las inmediaciones de un parque o cerca de un museo, incluso donde tengas a la vista una fuente y notarás que al regresar a tu trabajo las ideas fluyen mucho mejor que si te hubieras quedado encerrado entre las mismas cuatro paredes de todos los días.

 

#3. Establece ritmos

Nuestro organismo aprende a responder a determinados ritmos que diariamente vamos imponiendo. Así como despierta con los rayos del sol y comienza a entrar en letargo cuando llega la noche, así también aprende a relajarse o concentrarse según nuestras actividades. Por eso es importante brindarle a nuestro cuerpo un equilibrio y condicionarlo tanto para los periodos de descanso como para aquellos en que debe mantenerse completamente activo. Con estas simples acciones puedes evitar la fatiga crónica y desde luego, serás más productivo.

 

#4. Con moderación

Bien dicen que todos los excesos son malos y así como resulta negativo comer en tu área de trabajo, también lo es abusar y programar demasiadas comidas o reuniones de negocios pues como mencionábamos en el punto anterior, el organismo se condiciona a este ritmo que rompe por completo el saludable equilibrio que debe guardar. Adicionalmente, durante las comidas de negocios se generan ciertos niveles de estrés que tampoco resultan nada benéficos para la salud.

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