Pese a los indicadores macroeconómicos de bonanza, en Bolivia se manifiesta, en el área urbana, la alarmante cifra de nueve de cada 10 empleos sin calidad o “poco digno”, según datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) y del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inased).

La experta del Inased, Beatriz Muriel, manifestó que el panorama es mucho más preocupante en el área rural, pues el empleo con calidad es de cero por ciento “porque los empleos carecen de beneficios sociales, horas reglamentarias, estabilidad, jubilación y otros formalismos legales”.

“De acuerdo a los últimos datos oficiales por ejemplo en las áreas urbanas apenas el 10 por ciento, es decir, uno de cada 10 trabajadores en las ciudades tiene empleo estable, tendría aguinaldo, seguro de salud y contribuciones a las AFP (jubilación), es decir tiene empleo de calidad”, afirmó la especialista.

El propio Gobierno, a través del ministro de Trabajo y Previsión Social, Daniel Santalla, admitió que si bien la tasa de desempleo en el país se reduce cada año, es bajo el nivel de generación de empleos de calidad y acorde a las necesidades de los trabajadores.

“Hay empleo en el país porque el Gobierno está trabajando en este tema, además la situación del país es estable y se genera empleos, pero lo que queremos es que se pueda generar un empleo permanente, estable de calidad, un empleo digno, es decir que tenga seguridad industrial y seguridad social, eso es lo que necesitan los trabajadores”, señaló la autoridad a los periodistas.

Según el titular de Trabajo, la gran mayoría de los trabajadores que se dedican a las diferentes actividades no cuentan con un empleo estable, de calidad y con protección social.

A su vez el experto del Cedla, Bruno Rojas, dijo que en Bolivia en general no tiene buenos empleos como se los denomina “de calidad”.

EMPLEO DE CALIDAD

Explicó que un empleo de calidad es estable, que tenga seguridad laboral, fundamentalmente que la persona pueda realizarse profesionalmente, condiciones adecuadas e ingresos salariales que permitan cubrir las condiciones necesarias para la familia del trabajador.

Además, el empleo de calidad debe tener un seguro médico, aporte para jubilación, la jornada de trabajo que no exceda las ocho horas, pues pasadas estas horas deja de ser un empleo de calidad.

“De cualquier forma, el trabajo por más de las ocho horas ya son horas extraordinarias, pero que en la mayoría de los casos en el país no se pagan estas horas y se hacen trabajar 10 y hasta 12 horas”, afirmó Rojas.

EJE TRONCAL

Según el ejecutivo del Cedla, con base a las encuestas que realiza su institución en el eje troncal; La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto se evidenció que 88 de cada 100 personas ocupadas en estas ciudades capitales cuentan con empleo precarios, es decir, con empleo de baja calidad o como dice la Constitución Política del Estado “no son empleos dignos”.

De ese 88 por ciento alrededor de 59 por ciento pertenece a empleos “precarios extremos”, es decir que no reúnen ninguna de las cuatro condiciones básicas de un empleo de calidad; estabilidad, ingresos adecuados, seguridad social y las jornadas laborales de ocho horas diarias.

“Algo preocupante y que el Cedla ha estado llamando la atención permanentemente es que esta precariedad del empleo ha ido profundizándose en los últimos años contrariamente a la bonanza económica que vive el país con los indicadores macroeconómicos positivos, como el crecimiento, reservas internacionales, superávit, exportaciones récord, inflación baja y otros argumentos”, manifestó.

Además dijo que en la actualidad no existen políticas que ataquen el empleo digno o solucionen el tema del desempleo.

Según el especialista, en la actualidad todas las orientaciones y los incentivos de la política pública no van en la dirección de crear pequeñas empresas productivas a nivel nacional que también producen empleos informales. 

Fuente: Opinión