Kodak vuelve en septiembre La nueva Kodak nada tendrá que ver con el negocio de las cámaras; esta vez la firma se especializará en impresión

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Son varios los ejemplos de compañías que han logrado estar en la cúspide del mercado pero que, por no saber ver a tiempo y adaptarse a las últimas tendencias, han caído a lo más bajo e incluso desaparecido. Kodak, empresa emblemática del sector fotográfico nacida hace más de cien años en Nueva York y pionera en el uso del carrete en las cámaras fotográficas, es una de ellas.

La empresa, abatida por la caída en picado del uso del carrete con el auge de las cámaras digitales, ha estado a punto de la desaparición e inmersa en una suspensión de pagos durante casi dos años de la que podrá salir en septiembre gracias a una decisión del juez estadounidense sobre asuntos de bancarrota Allan Gropper, que ha dado luz verde a la compañía para renacer, eso sí, con un tamaño mucho más modesto. De hecho tendrá la mitad de empleados de los que tenía cuando decidió acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas de EEUU en enero del pasado año 2012: unos 8.500 empleados frente a 17.000.

La nueva Kodak, que se espera que empiece otra vez a operar en unas dos semanas, será, no obstante, diferente. Nada tendrá que ver ya con el negocio de las cámaras fotográficas y la digitalización de imágenes que impulsó en los últimos tiempos en los que la empresa se ha visto obligada a deshacerse nada más y nada menos que de 1.100 patentes tecnológicas. La empresa estará especializará en el ámbito de la impresión, área que ya impulsó en los últimos años su máximo responsable desde 2005, el español Antonio Pérez, ejecutivo proveniente de HP y al que escogió la firma para abordar la transición a la era digital, y tendrá una imagen totalmente distinta. De hecho, el representante legal de la empresa, Andrew Dietderich, aseveraba en el tribunal, tal y como informa Reuters, que “Kodak es una empresa diferente a aquella que existe en el imaginario popular y muy diferente de aquella que entró en bancarrota”.

 

Un sector en plena reconversión

El mundo de la fotografía, que está estos días de aniversario (la primera fotografía de la historia se hizo justo hace 188 años) está sufriendo toda una reconversión en los últimos años al calor del desarrollo tecnológico. El auge de las cámaras digitales está dando paso a otra tendencia: el uso de otro tipo de dispositivos, fundamentalmente los smartphones, que cada vez están dotados de cámaras de mayor calidad, para capturar las imágenes. Imágenes que, por otro lado, tienen un cariz muy distinto al de hace años, y no solo frente a las fotos que se sacaban con cámaras analógicas sino respecto a las digitales: la frescura a la hora de capturar pequeños momentos de la vida cotidiana en cualquier momento y lugar, la posibilidad de editar las imágenes con un sinfín de aplicaciones como Instagram y de compartirlas con un solo clic en las redes sociales son las grandes bazas del smartphone como cámara.

Aun así, y a pesar de que la cámara más popular en la red social Flickr es curiosamente el iPhone (ya se habla incluso de la iPhoneografía como arte para capturar imágenes), lo cierto es que las cámaras digitales siguen teniendo recorrido en el mercado. En la actualidad se venden más réflex que nunca y, además, los fabricantes han logrado dar una vuelta de tuerca para reavivar el segmento a través del lanzamiento de cámaras dedicadas, por ejemplo, a deportes específicos.

Claro que a los más nostálgicos de eras pasadas de la fotografía siempre les quedarán iniciativas como la que la firma de fotografía Lomography lanzaba hace unos meses: un dispositivo que permite escanear los antiguos negativos a través de un smartphone y compartir las imágenes en las redes sociales y a través del correo electrónico.

 

Fuente: Ticbeat

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