El éxito de una empresa depende en gran parte de las buenas decisiones de sus líderes, de su talento para impulsar el trabajo de sus subordinados y de la capacidad para coordinar el esfuerzo de todos los involucrados.

Se jefe no es fácil, implica un alto grado de compromiso, de organización y de habilidad para comunicarse con otros. La figura del directivo, suele ser la más atacada en todos los sectores y todas las empresas. Son figuras visibles fáciles de criticar y generalmente, el blanco de los reproches cuando algo no funciona.

Afortunadamente, las condiciones del mercado laboral han orillado a que cada vez sean menos los jefes que actúan como tiranos, pero los hay. Lo que se busca en la actualidad de quienes dirigen una compañía es que sean personas de acción, de resultados, de comunicación efectiva y de alta organización que además, sepan generar lealtad en su equipo y motivación para el trabajo conjunto.

En Jobomas te compartimos algunos de las claves para convertirte en un buen jefe que sepa aprovechar todo el talento de sus subalternos:

#1. Respeto

El respeto es un valor universal que cobra muchísima importancia dentro del ámbito laboral. Un buen jefe sabe promover este valor entre sus subalternos con ejemplo: no denigra jamás a los miembros de su equipo, es congruente con las reglas para que otros lo sean y actúa de manera profesional ante cualquier circunstancia.

#2. Planeación

No se vale ser el capitán de un barco sin timón. Un buen jefe plantea metas y estrategias para conseguirlas. Si bien es cierto que a veces hay que hacer gala de la intuición, no todo puede regirse bajo esta premisa. Para asegurar buenos resultados, un directivo debe tener claro a dónde quiere llegar y debe informarle a los miembros de su equipo lo que se espera de ellos.

#3. Delegar tareas

Un directivo sabe que para que el trabajo funcione debe delegar responsabilidades y no obstaculizar las actividades de otros. La clave es mantenerse al pendiente de las tareas de los subordinados sin pretender acapararlas pero también, generar la suficiente confianza entre el equipo para que cada quien realice sus funciones seguro de sus competencias.

#4. Corrige

Un jefe debe estar siempre atento y alerta a cualquier falla o detalle que deba corregirse en el proyecto que se realiza, pero no sólo eso sino que además debe hacerlo con oportunidad. Parte de este punto es también que un jefe esté siempre disponible para orientar las tareas que se dificultan a sus subalternos y limitar cuanto más sea posible, el margen de error.

#5. Decisión

El buen líder sabe tomar decisiones aún en las situaciones más adversas. El jefe que duda de sí mismo no puede dirigir un proyecto con éxito y no merece estar a la cabeza de un equipo. El jefe confía en sus talentos, en sus habilidades y en su experiencia para llevar un proyecto a buen término.

#6. Reconoce

Alcanzar el éxito en algún proyecto muchas veces puede ser circunstancial pero para sostener ese éxito y la calidad del trabajo, es necesario apreciar y reconocer el mérito de los empleados. Un buen directivo valora el esfuerzo de cada miembro de su equipo y recompensa los logros. Mantener la motivación entre los trabajadores de un equipo los impulsa a mejorar y superarse continuamente.

#7. Escucha

El directivo que sabe hacer bien su trabajo es capaz de escuchar a sus subalternos y estar abierto a diferentes opiniones. Es necesario que para que un proyecto funcione correctamente, el jefe tenga la capacidad de verlo desde diversas perspectivas y además, logre crear empatía entre su equipo para reconocer las situaciones personales-laborales que pueden suscitarse durante el trabajo y saber cómo actuar en consecuencia. Un buen jefe siempre está atento de las necesidades de su equipo.

Desde luego, no significa que un jefe no cometa errores, sino de que logre sacar lo mejor de cada empleado para garantizar el éxito de un proyecto.

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