5 estrategias para solicitar un aumento de sueldo

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Aquí te dejamos cinco tips clave que puedes aplicar la próxima vez que vayas a pedir un aumento (incluso si es la primera vez que lo haces). Para empezar, Lewis C. Lin, autora de 71 Brilliant Salary Negotiation Samples, tiene seis palabras que pueden significar un progreso real en cualquier negociación: "¿Qué tanto margen tienes para negociar?"

Cuida el timing

Analiza el entorno. A la hora de decidir cuándo tendrás la conversación sobre tu aumento, evita los días (y los momentos del día) en los que tu jefe está más estresado. Pídelo cuando acabes de hacer algo importante o cuando estés recibiendo un reconocimiento por un trabajo bien hecho, si no, haz que tu petición coincida con las revisiones de desempeño de la empresa. Revisa sitios como Glassdoor y PayScale para asegurarte de que el aumento que estás pidiendo es coherente con tus estudios, tu industria y tu ubicación. Y para que no agarres en curva a tu jefe, Stefanie O'Connell, autora de The Broke and Beautiful Life sugiere que unos días le pidas que te regale un poco de tiempo para platicar "sobre tu futuro en la empresa y la compensación por tu trabajo".


Evita utilizar cosas de tu vida personal como argumentos

Una trampa impotente a evitar a la hora de negociar un aumento es relacionarlo con tu vida personal, independientemente de si estás embarazada, o cuidando a tus papás, o pagando deudas médicas o cualquier otra cosa que implique que necesitas dinero. "Estas son las razones por las que la gente busca aumentos, pero no son las razones que se le deben dar a los jefes" dice O'Connell. Tampoco te recargues demasiado en tu experiencia o en la cantidad de años que llevas trabajando para la empresa, y enfócate más en la forma en la que tu esfuerzo se refleja en resultados. Pregúntate qué de lo que haces contribuye a los resultados que debe entregar tu jefe y qué de lo que haces va más allá de lo que está estipulado en tu puesto.


Que los números estén de tu lado

Para solicitar un aumento, es importante tener un buen caso armado, uno que, si tu fueras tu jefe, no pudieras rebatir. Hazlo lo m más conciso que puedas, respaldándolo con resultados reales que has generado, el ingreso al que has contribuido y el impacto de tu trabajo en la empresa. Para la gente que trabaja en ventas o profesiones similares, esto es fácil de calcular, pero si estás en un puesto con métricas menos tangibles, necesitarás definir cómo medir el éxito en tu puesto. Una idea es recurrir a la misión de tu empresa, a la descripción original de tu puesto o las que aparecen para puestos similares en la industria. ¿Hay ciertas cualidades, características o iniciativas que la empresa valore? ¿Las has demostrado de forma medible? Incluye ejemplos concretos, tanto en forma de métricas como de anécdotas, y prepárate para presentarlos (puede que tengas que ensayar la conversación frente al espejo). Y según O'Connell, si aún no tienes una "carpeta de logros" (un archivo donde guardes los cumplidos y la retroalimentación de tu trabajo), este es el momento ideal para empezarla.


Enfócate en el futuro tanto como en el pasado

Es importante llevar pruebas de tu desempeño para respaldar la conversación sobre tu aumento, pero dice Lin que hay otra herramienta que suele utilizarse menos y que también puede jugar a tu favor, y esa es tu desempeño a futuro. Construye tu argumento así: ¿Qué más puede esperar la empresa de ti si deciden darte el aumento? ¿Qué responsabilidades adicionales te vas a sumar? ¿Cómo contribuirán a los resultados y objetivos de la empresa? Por ejemplo, Lin dice que si la empresa valora el hecho de compartir conocimiento entre compañeros, podrías ofrecerte a organizar comidas educativas una vez al mes para educar a tu equipo en las estrategias utilizadas. De cierta forma, esta estrategia se equipara a la decisión de los consumidores mientras compran: Si pago más dinero, ¿qué beneficios adicionales obtendré por este producto o servicio?


Date tiempo para considerar una contra oferta

Si tu jefe no está de acuerdo con el número que estás pidiendo, no sientas que tienes que darle una respuesta inmediata, ni siquiera ese mismo día. Según O'Connell, si te sientes presionada para hacerlo puedes terminar vendiéndote más baja de lo que deberías. Lo ideal es pedir un día o dos para pensar las cosas. Y en caso de que tu jefe se niegue en rotundo ante el aumento, pregunta la razón: ¿Es tu desempeño? ¿Es un tema de presupuesto? Si se trata de lo primero, puedes iniciar una conversación honesta sobre métricas de éxito y la forma en la que puedes superar las expectativas que se tengan de ti. Si la razón es un tema financiero de la empresa, entonces pregunta si pueden volver a comentarlo el siguiente trimestre, y luego agéndate regresar a la conversación. Mientras tanto, puedes negociar más tiempo libre, mejores horarios, un nuevo título para tu puesto, u oportunidades educativas. "Toda negociación debe tratarse del panorama general de tu vida en la empresa" dice O'Connell, "y esto tiene que ver con más cosas que el dinero".


Fuente: entrepreneur.com
Autor: Ayden Field

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